lunes, 19 de octubre de 2009

PR-TF-72 - VILAFLOR - LOS ESCURRIALES - VILAFLOR

VILAFLOR - LOS ESCURRIALES - VILAFLOR
(POR EL CAMINO DE CHASNA)
(PR TF 72)
 
FICHA DE LA RUTA  
 
TÉRMINO MUNICIPAL: Vilaflor  
COMO LLEGAR: Al municipio de Vilaflor se llega desde Granadilla por la carretera TF-21 al igual que desde el P.N. del Teide por la misma carretera. 
COMIENZO: En la plaza de San Pedro, en el centro urbano de Vilaflor.  
FINAL: En el mismo lugar.  
DIFICULTAD: Media – Alta.  
DURACIÓN: 6 horas. 
LONGITUD: 13 kilómetros (i/v). 
PROVISIÓN DE AGUA: En Vilaflor.  
LUGARES DE INTERÉS: Centro urbano de Vilaflor, Casa Galindo, Casa Marrubial, Paisaje de alta montaña de la dorsal del Circo de Las Cañadas, Paisaje Lunar o Los Escurriales, Casa de los Llanitos, Iglesia del Hermano Pedro en centro urbano de Vilaflor.  
INCONVENIENTES: Ninguno. 
 
EL CAMINO DE CHASNA
 
El Camino de Chasna es una de las rutas mas nombradas y recorridas por los historiadores y exploradores que visitaron las Islas Canarias a finales del siglo XVIII y principios del XIX, ya que era el itinerario principal para subir al grandioso Teide desde la Villa de La Orotava, en aquellos momentos la ciudad mas importante de la isla y como ruta comercial entre la banda sur y la zona norte de la isla. Este recorrido se dividía en tres partes importantes; la primera era la que partía desde el propio municipio y se dirigía en ascenso hasta El Portillo, puerta natural de entrada a lo que actualmente es el Parque Nacional del Teide. La segunda cruzaba el llamado Circo de las Cañadas, lo que hoy se conoce como la Ruta de Siete Cañadas y llegaba a la Degollada de Guajara. Y la tercera y última parte era la que en descenso comunicaba la Degollada de Guajara con el municipio de Granadilla pasando por Vilaflor. Esta última parte, pero en sentido contrario y partiendo desde Vilaflor es el que nos llevará a Los Escurriales o Paisaje Lunar. 
 
 
Camino de Chasna entrando en Vilaflor.
 
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
 
 
Plaza de Vilaflor (i) y vista del pueblo desde el camino (d)
 
 
Sendero saliendo de Vilaflor.
 
 
 
Junto a la Plaza de San Pedro, donde se ubica uno de los edificios religiosos mas antiguos de la isla, la Iglesia de San Pedro Apóstol, levantada sobre una antigua ermita del siglo XVI, desciende la Calle el Canario, donde podemos encontrar la primera señal que nos llevará directamente al comienzo del recorrido; dicha calle nos llevará directamente a una pequeña explanada donde hay una placa conmemorativa de hierro y por tanto al comienzo del Camino Real de Chasna un ancho sendero con restos del antiguo empedrado que desciende por una zona agrícola rodeada de grandes huertas, hasta el cauce del Barranco del Chorrillo, cruzaremos éste y ascenderemos luego por Loma Chabeña donde el marcado camino bordeado de muros laterales de piedra discurre mayoritariamente entre Pinos (Pinus canariensis) y Escobones (Chamaecytisus proliferus) por un firme muy irregular formado en ocasiones por grandes piedras encajadas en el terreno y en otras por terreno arenoso. En un punto nos encontraremos un poste de madera con una numeración y un camino de tierra que se bifurca hacia la derecha con una señal de dirección incorrecta que se dirige a Los Llanitos. La numeración forma parte de un sendero autoguiado que está impreso en una guía adicional que se puede conseguir en la oficina de turismo que se encuentra en la plaza del pueblo. 
 
 
Zona de Los Llanitos (i) y Casa Galindo (d)
 
Evitaremos la pista y seguiremos por el camino que se desvía de ella, éste tiene empedrado y está bordeado por un muro de piedra, donde crecen Malpicas (Carlina xeranthemoides), Chahorra (Sideritis soluta) y Magarzas (Argyranthemum foeniculaceum). La vista de la cumbre de Sombrero de Chasna de 2.405 metros de altura es fantástica, alzándose sobre el paisaje agrícola que rodea a una casona de campo antigua, es Casa Galindo que está junto a la pista agrícola al lado de unos almendros y que proviene de la Pista Forestal Madre del Agua; seguiremos por dicha pista hasta llegar al final donde un murete de piedra corta el camino y se desvía hacia la derecha por un precioso sendero empedrado que zigzaguea descendente hacia el cauce del Barranco de las Mesas. Al llegar al cauce veremos como crecen espectaculares Taginastes Rojos (Echium wildpretii) y Retamas (Spartocytisus filipes), junto a otros ejemplares de vegetación característica de altitudes correspondientes al Parque Nacional del Teide como el Codeso de Cumbre (Adenocarpus viscosus). Seguiremos el recorrido por el marcado sendero, ascendiendo luego por la otra vertiente del barranco hasta llegar a la Pista Madre del Agua donde una señal nos indica el camino correcto a seguir; dicha señal también es indicadora de la distancia recorrida, hasta aquí hemos hecho 2,6 kilómetros y nos quedan 3,4 para llegar a nuestro destino. 
 
 
Sendero perfectamente marcado y señalizado.
 
Cruzaremos la pista y el sendero se interna en un pinar compuesto por pinos jóvenes y de poco porte, hasta que unos cien metros mas adelante nos tropezaremos con un cruce de caminos, el cual se compone de dos alternativas; el de la derecha va directamente al Paisaje Lunar, después de 3,7 kilómetros y el de la izquierda es el Camino Real de Chasna que en un momento dado tiene una desviación, a los 3,3 kilómetros hacia el Paisaje Lunar; nuestro recorrido es éste último ya que la vuelta la haremos por el otro, haciendo así un trayecto circular. Ascendemos suavemente en zigzag por un claro del bosque, el camino está perfectamente marcado y bordeado por Retamas (Spartocytisus filipes), Malpicas (Carlina xeranthemoides) y Escobones (Chamaecytisus proliferus). Llegaremos a un descansadero donde crece un gran Pino Canario (Pinus canariensis) que sobresale notablemente del resto ya que el diámetro de su tronco supera los 4 metros. Este sitio está marcado para la ruta autoguiada con un poste de madera y en el cartel informativo que está en la plaza de Vilaflor lo denomina Pino Padre, creo que esta denominación se debe a que son pinos centenarios que han estado desde siempre en estos montes, ya que los que está a su alrededor son pinos que proceden de las plantaciones que se hicieron en la isla en los años cincuenta. 
 
 
Pino Padre (i) y sendero marcado (d).
 
Saliendo de este punto, el marcado y llano sendero continúa integrado en un agradable paisaje boscoso, hasta que un poco mas adelante nos crucemos con otra pista forestal que discurre casi paralela a la de Madre del Agua, la cual ignoraremos según nos indica la señalización, e iremos a parar a una valla de hierro que impide el paso a los vehículos. En suave ascenso y unos metros mas adelante está Casa Marrubial, una antigua casa de campo actualmente en estado ruinoso, rodeada de Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus) y Rosalillos (Pterocephalus lasiospermus), un lugar perfecto para un pequeño descanso. Sigue el recorrido zigzagueante por un camino ancho, llano y bien marcado; el pinar es escaso con ejemplares de poco porte y entre ellos se puede apreciar la bonita imagen de la cara sur de Montaña de las Arenas (2.363 m.), que nace justo bajo las faldas de Montaña Guajara (2.715 m.). Mas adelante llegaremos a un espacio abierto donde el firme se vuelve de color blanco, el sendero pasa junto a una pared rocosa erosionada de toba volcánica del mismo color, donde crecen Retamas (Spartocytisus filipes), Rosalillos (Pterocephalus lasiospermus) y Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus) y en sus alrededores hay alguna bombas volcánicas de gran tamaño.
 
Casa Marrubial.
 
 
 
El sendero pasa junto a una zona volcánica erosionada.
 
Después cruzaremos el Barranco Eris de Carnero y nos adentraremos en un paisaje aún más agreste que el que nos hemos encontrado hasta aquí. A nuestras espaldas hemos dejado la fabulosa vista de la cara norte del Roque del Encaje (2.329 m.) y de frente nos topamos con la cara sur de Montaña Guajara (2.715 m.), imponente como siempre ya que merece ser con su majestuosidad la segunda montaña mas alta del Parque Nacional. El sendero continúa entre pinar por un camino llano de firme terroso y con algún altibajo de poca importancia, se hace muy agradable el recorrido ya que los pinos nos dan la suficiente sombra en días de mucha insolación; rebasaremos una antigua canalización que viene desde alguna de las muchas galerías que hay por este lugar y en unos pocos minutos nos toparemos con una bifurcación donde hay una señal indicadora que nos marca, hacia la derecha, la distancia que nos queda hacia el Paisaje Lunar, que es de 0,4 kilómetros, y otra que nos informa de que hasta aquí llevamos recorridos 5,6 kilómetros. El Camino de Chasna sigue a partir de aquí y de frente, su curso por un camino pedregoso ascendiendo por el Barranco de Las Arenas y luego por una lengua de lava perteneciente a la Montaña de Las Arenas para llegar a la Degollada de Guajara y una vez allí cruzar el circo de las cañadas y descender hacia La Orotava. 
 
 
Último tramo del Camino de Chasna antes de Los Escurriales.
 
Hacemos caso de la indicación e ignoramos el Camino de Chasna y nos desviaremos hacia la derecha por un sendero estrecho que va descendiendo poco a poco entre pinar con sotobosque de Escobones (Chamaecytisus proliferus) y Retamas (Spartocytisus filipes), pudiendo también observar el Chahorra (Sideritis soluta) y la Malpica (Carlina xeranthemoides); va descendiendo gradualmente por una loma que termina en un pequeño acantilado de la vertiente sur del Barranco de Las Arenas. Desde aquí se puede observar el curioso paisaje en el fondo del Barranco, son Los Escurriales, o como llamamos comúnmente al lugar, Paisaje Lunar. Son formaciones de material volcánico expulsado por un volcán, que se han depositado en este pintoresco lugar y se han solidificado en forma de montículos y luego la acción del agua y el viento se han encargado de dibujar sus curiosas formas. 
 
 
Los Escurriales o "Paisaje Lunar".
 
Por los alrededores hay unos pequeños miradores expuestos al borde del barranco y situados en los sitios más estratégicos para tener una visión más espectacular del paisaje. También hay un cartel informativo colocado en el mejor lugar, de tal manera que se puede tener una visión general del entorno y que explica detalladamente el proceso de formación de dicho fenómeno geológico. Un buen lugar para un merecido descanso y tomar fuerzas para el regreso. 
 
 
Camino de vuelta y señalización.
 
A partir de aquí el recorrido continúa en suave descenso por un marcado y pedregoso sendero que discurre entre una superficie formada por grandes rocas volcánicas entre las cuales crecen multitud de Malpicas (Carlina xeranthemoides), Retamas (Spartocytisus filipes) y Codesos de Cumbre (Adenocarpus viscosus), estamos en la zona conocida como Lava Vieja. Un poco mas adelante el camino se torna en un agradable tránsito ya que la superficie llana del sendero entre el paisaje boscoso de los Pinos Canarios (Pinus canariensis) hace que nos olvidemos de las prisas y la cotidianeidad a la que estamos acostumbrados a vivir. Mas adelante y en una curva a la derecha, si estamos pendientes, veremos un pequeño tubo volcánico al cual nos podremos acercar y estudiar de primera mano la formación de estos fenómenos geológicos debidos a los procesos eruptivos de la Isla. 
 
 
Antes de llegar a la Pista Madre del Agua.
 
 
De pronto encontraremos un cruce de caminos con dos señales; una nos indica que aún tenemos que recorrer unos 4,5 Km. para llegar a nuestro destino, en el casco urbano de Vilaflor y la otra nos muestra que desde Los Escurriales hasta este punto hemos recorrido 1,8 Km., la bifurcación hacia la izquierda la desecharemos. Mas adelante el camino discurre junto a un largo muro de piedra seca, que seguramente pertenece a la linde de una finca particular; terminado éste, otra señal nos indica de nuevo la distancia recorrida que es de 2,1 Km. y la que nos queda por hacer, de 4,2 Km. 
 
 
Pista Madre del Agua.
 
La Pista de Madre del Agua la volveremos a encontrar y con ella giraremos a la derecha, ya que una señal así lo indica. Cruzando ésta daremos de nuevo con el sendero y tras varias veces volviéndola a atravesar, llegaremos a la zona conocida como Los Llanitos. El sendero pasa junto a una casa en ruinas, de la cual sólo se conservan los muros exteriores estando perfectamente integrados en el paisaje. Junto a la casa hay un llano donde crece un gran Pino Canario (Pinus canariensis) que sobresale por encima de todo el pinar. Un poco mas adelante el sendero desciende, mediante unos escalones tallados en el firme, nuevamente a la pista forestal, por la cual discurriremos unos metros hasta encontrar una señalización que nos desvía de ella hacia la derecha para retomar de nuevo el marcado sendero. En unos minutos nos reencontraremos con una de las primeras señales que vimos cuando partimos, justo antes de bajar al cauce del Barranco de las Mesas, y donde nos desviamos para recorrer parte del Camino de Chasna. A partir de aquí cruzaremos dicho barranco por el mismo camino de venida y pasaremos en sentido contrario por Casa Galindo, volviendo a recorrer el mismo tramo de sendero hasta llegar al mismo sitio desde donde partimos esta mañana, al centro urbano del pintoresco pueblo de Vilaflor. 
 
Iglesia del Hermano Pedro en el casco urbano de Vilaflor.
 
© Texto y fotografías de Francisco Fariña 

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