viernes, 25 de septiembre de 2009

VILLA DE ARICO – CASERÍO DE EL RIO

VILLA DE ARICO – CASERÍO DE EL RIO 
(POR EL CAMINO REAL DEL SUR)
 
FICHA DE LA RUTA
  
TÉRMINO MUNICIPAL: Arico.  
COMO LLEGAR: A la Villa de Arico se llega desde la autopista TF-1, después de 6 kilómetros por la carretera TF-629.  
COMIENZO: Plaza de los Condes de Santa María de Abona en la Villa de Arico.  
FINAL: Iglesia de San Bartolomé en el Caserío de El Río. 
DIFICULTAD: Baja.  
DURACIÓN: 2 horas.  
LONGITUD: 5,8 Km. 
PROVISIÓN DE AGUA: En los comercios de la Villa de Arico y en el Caserío de El Río.  
LUGARES DE INTERÉS: Conjunto Histórico De Villa de Arico; Iglesia de San Juan Bautista; Empedrado en el Barranco de Piedra Bermeja y de Guasiegre; Caserío de El Río; Ermita de San Bartolomé.  
VENTAJAS: Caminar por preciosos tramos de superficie empedrada que han sobrevivido al paso del tiempo.  
INCONVENIENTES: Caminar sobre tramos de asfalto y ver el Camino Real en absoluto abandono, incluso destruido, sin muestras de que ninguna administración ponga remedio para recuperarlo. 
 
 
Típica casa canaria y restos de empedrado.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
  
La única vía de comunicación que existía en la segunda mitad del siglo XVI entre Santa Cruz de Tenerife y la banda sur de la isla, era un antiguo camino que terminaba en Güimar, hasta que allá por el año 1561 el Cabildo Insular proyectó una nueva ruta que discurriese cercana al mar y que uniera los núcleos poblacionales que se empezaban a desarrollar por esa parte de la isla y que llegase hasta Adeje; parte de ese camino, el cual recorreremos en esta ruta, pasa por la Villa de Arico uniéndola con el caserío de El Río. El recorrido comienza en dicha Villa, en la Plaza de los Condes de Santa María de Abona donde está la Iglesia de San Juan Bautista, que data de finales del siglo XVII y que está incluida en la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Conjunto Histórico, que recientemente le han concedido al conjunto de la Villa de Arico, localidad fundada después de la conquista de Tenerife por el capitán Juan González Gómez entre 1590 y 1610. Es una pequeña iglesia donde llama la atención sus redondeadas formas y el gran portón frontal de piedra oscura y la gran puerta de madera. En su interior alberga una bella imagen gótica de la Virgen de Abona y otra del Cristo de Costa Firme, una talla de origen americano del siglo XVII. En los alrededores y concretamente en la Calle Benítez de Lugo, se concentran la mayoría de las casas de arquitectura tradicional hechas al mas puro estilo canario, formadas mayoritariamente por un patio central empedrado y rodeado de las habitaciones principales y destacando en el exterior una balconada sencilla con escalera de acceso del mismo material.
 
 
Camino "relativamente" bien conservado.
 
Barranco de Piedra Bermeja.
 
Comienza el recorrido frente a la puerta de la iglesia que está en la Calle del Manzano, la cual recorreremos junto a varias casas típicas y muros de piedra de tosca que delimitan pequeñas huertas de cultivo, hasta llegar a su término unos 200 metros después que se desvía hacia la izquierda en forma de camino desembocando en la TF-28, la llamada Carretera General del Sur. Una vez aquí es inevitable caminar por la carretera unos 250 metros hasta encontrar un antiguo camino, hacia la izquierda, que desciende al cauce del Barranco de Piedra Bermeja y que después de cruzar, asciende por la ladera contraria por un precioso empedrado perfectamente conservado, donde crecen Bejeques (Aeonium urbicum y Aeonium pseudourbicum), Tabaibas (Euphorbia broussonetii), Taginastes (Echium virescens) y esporádicamente Palomeras (Senecio heritieri), junto a infinidad de especies vegetales características de las medianías. Desde el camino llama la atención el profundo tajo del barranco que desciende compuesto de roca lisa de tonalidad gris debido a la erosión del paso del agua en época de lluvias. Al terminar éste, empieza un pequeño tramo de 100 metros asfaltado que desciende suavemente hasta encontrar una señal que indica “Camino Real Los Franciscos”, un camino ancho que conserva parte del empedrado original y que atraviesa un pequeño núcleo poblacional flanqueado de huertas de cultivo y que termina en otro pequeño barranquillo, el cual cruzaremos de nuevo por un precioso camino empedrado medianamente conservado y rodeado de Vinagreras (Rumex lunaria), Incienso (Artemisia ramosa) y Tabaibas (Euphorbia broussonetii), que nos lleva nuevamente a otro tramo asfaltado de unos 250 metros, donde hay una señal que prueba que vamos por buen camino, ya que reza “Camino Real” y que nos vuelve a dejar en la Carretera General del Sur, donde hay un Bar-Restaurante. 
 
 
 
 
Una vez allí, subiremos a una pequeña loma junto a la carretera donde crece un gran Balo (Plocama pendula) y visualizaremos el camino que discurre por el Llano de San Francisco paralelo a la misma, es inconfundible ya que un muro de piedra de tosca lo delimita por cada lado. Caminaremos por el entre Verodes (Aeonium urbicum), Tabaibas (Euphorbia broussonetii), Cornicales (Periploca laevigata) e Incienso (Artemisia ramosa) y por un firme de tosca en varios tramos muy irregular donde la vegetación lo invade casi por completo. Después de 300 metros recorridos desembocaremos en una pista asfaltada y recta, que en unos metros se convierte de tierra y que desciende junto al muro de una charca y un viejo cuarto de aperos, al final de la charca hay que ir prevenidos ya que es zona apícola, donde hay varias colmenas. Esta pista termina unos 150 metros después de cruzar el Canal del Estado, en el lugar conocido como El Viento, donde hay una antigua casa semidestruida. 
 
 
Una pista se convierte en un camino empedrado.
 
 
Restos de empedrado escondido entre Tabaibas.
 
Entre un precioso Tabaibal (Euphorbia broussonetii), que sobresale notablemente entre Incienso (Artemisia ramosa), Matorrisco (Lavandula canariensis) y Jaras (Cistus monspeliensis), discurre el empedrado original del camino que baja hacia el Lomo del Perú y cruza el suave Barranco de Guama, viendo desde este punto como dicho camino, delimitado por muros de piedra de tosca que se han mantenido milagrosamente en alto a pesar del estado de abandono en el que está, discurre entre la vegetación invasora por el lomo contrario del barranco. Llegaremos, después de cruzar dicha vertiente, al Barranco de Guasiegre, el cual cruzaremos por otro trazado espectacular del camino que también conserva su empedrado original, pero que en algunos pequeños tramos se ha caído hacia el barranco y en otros está invadido por la vegetación, siendo ésta mayoritariamente Incienso (Artemisia ramosa), Jaras (Cistus monspeliensis) y poblando las laderas un frondoso Cardonal – Tabaibal (Euphorbia canariensis y Euphorbia broussonetii). La panorámica del profundo barranco, con algunas pozas de agua de lluvia, se desdibuja hacia la costa, uniéndose al barranco anterior y desembocando en Llano Santiago donde está la planta de tratamiento de residuos (PIRS), junto a la autopista TF-1. Varias tuberías que proceden de la Galería Gaspar García cruzan superpuestas el camino y discurren en adelante junto a él hasta que se pierden lomo abajo. El camino sigue ascendente con firme de tosca, rematado con pavimento adoquinado en varios tramos y delimitado por muros de piedra del mismo material, aunque en esta ocasión se han caído debido a su abandono; al igual que una capa de vegetación invasora con Gamonas (Asphodelus ramosus), Balos (Plocama pendula) y Tabaibas (Euphorbia broussonetii) que lo cubre casi en su totalidad. De pronto se convierte en una pista agrícola de tierra, donde se conserva algún que otro tramo empedrado y que pasa junto a unas huertas donde crecen grandes Higueras, para desembocar 300 metros después, de nuevo en una pista asfaltada que cruza el Barranco del Azúcar y donde aún queda algún vestigio de las antiguas canalizaciones hechas de tosca del lugar que se utilizaban para el regadío de las numerosas tierras de cultivo que pueblan las lomas cercanas. 
 
 
 
Camino Real a su paso por el Barranco de Cuasiegre.
 
A partir de este punto seguiremos el discurrir de la carretera pasando por una zona eminentemente agrícola, aunque las huertas colindantes estén prácticamente abandonadas, y cruzaremos la Calle la Quinta, la cual ignoraremos y que desemboca después de unos 200 metros en la Carretera General del Sur. La misma calle por la que venimos discurre paralela a la Carretera General del Sur bordeada de muros de piedra de tosca y denominándose Calle Barranco que pasa por un núcleo poblacional disperso donde podemos apreciar las ruinas de una antigua casa canaria rodeada de sus correspondientes huertas de cultivo. Después de 450 metros acabaremos en la Calle de San Bartolomé que es la misma que viene desde la autopista TF-1 y conecta ésta con el caserío de El Río, en el cual nos encontramos. Ascendemos por dicha calle y en unos 50 metros estaremos en la plaza, donde se alza la Iglesia de San Bartolomé, datada en el siglo XVII, que alberga un precioso retablo de madera en el cual destaca una bella imagen del Corazón de Jesús. Alrededor de la Ermita se despliega este tranquilo y pintoresco lugar, que tuvo su importancia en el siglo XVII debido a sus fértiles tierras de medianías ideales para el cultivo. 
 
 
 
En dicha plaza daremos por finalizada esta pequeña ruta de conexión entre la Villa de Arico y el Caserío de El Río por el antiguo Camino Real del Sur, y aquí es un buen lugar para visitar con calma las estrechas calles y mezclarse con las gentes sencillas del lugar en algunas de las tabernas y pequeños restaurantes que se sitúan por el entorno. 
 
 
Tramo final antes de la Iglesia de El Rio.
 
Iglesia de San Bartolomé en El Río. 

© Texto y fotografías de Francisco Fariña
Francisco_farina@yahoo.es 

jueves, 24 de septiembre de 2009

BARRANCO DE MASCA

BARRANCO DE MASCA
 
FICHA DE LA RUTA  
 
TÉRMINO MUNICIPAL: Buenavista del Norte. COMO LLEGAR: En el kilómetro 17 de la carretera TF-436, tanto desde el casco urbano de Buenavista del Norte como del núcleo de Santiago del Teide. 
COMIENZO: Plaza principal del Caserío de Masca.  
FINAL: Puerto Santiago.  
DIFICULTAD: Baja.  
DURACIÓN: 3,5 horas. 
LONGITUD: 4 Km.  
PROVISIÓN DE AGUA: En el Caserío de Masca.  
LUGARES DE INTERÉS: Caserío de Masca; Ecosistema del barranco; Playa de Masca; Acantilado de los Gigantes. 
VENTAJAS: Entorno natural de una increíble belleza. Recorrido de vuelta por el mar bordeando los acantilados.
INCONVENIENTES: Ninguno.  
TIPO DE RUTA: Senderismo.
 
En la Plaza de la Iglesia de Masca antes de partir.
 
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
 
El Parque Rural del Macizo de Teno es un paraje natural de origen volcánico de 8064 hectáreas, donde se encuentran las formaciones rocosas más antiguas de la Isla. Está enclavado en el noroeste de la isla albergando en su interior paisajes naturales con multitud de endemismos exclusivos de la zona y lugares hermosos y preservados a pesar del paso del tiempo. Dentro del parque por la carretera TF-436 y llegando al kilómetro 17, nos encontraremos en el centro urbano del Caserío de Masca, un lugar aislado, muy pintoresco y asentado en una pequeña cresta donde se eleva el Roque Catana, entre el Lomo de Masca y el Pico de Yeye (864 m.), ambas formaciones geológicas de mas de cuatrocientos metros de altura.

 
El Morro de la Grieta (i) y el Lomo de Masca (d).

Estando en la plaza, veremos una imagen espectacular del Roque Catana que resguarda la parte baja del caserío así como de la cabecera del barranco; partiendo desde aquí en suave descenso por la calle principal del pueblo, nos encontraremos en un lugar concreto un gran cartel informativo que nos indica el comienzo de la ruta, es un sendero zigzagueante y escalonado que desciende bruscamente hacia el fondo del barranco entre Piteras (Agave americana), Pencones (Opuntia maxima), Retamas (Retama monosperma) y Tabaibas (Euphorbia antropurpurea), teniendo unas vistas inmejorables del palmeral del Lomo de Masca con bancales de cultivo abandonados y casas rurales aisladas. Ya casi llegando al cauce, nos encontraremos un cartel de madera y la curiosa recomendación de no alimentar a los gatos salvajes que son muy comunes por este lugar.

  
Escalones tallados en la roca y ya en el cauce del barranco.

Por unos escalones tallados en la roca llegaremos al cauce propiamente dicho y lo tendremos que salvar por un puente de madera para, en la vertiente contraria, transitar por un corto espacio sobre un empedrado de reciente construcción junto a un majestuoso cañaveral. Luego caminaremos entre grandes piedras y el risco de la vertiente del barranco, para terminar en la cuenca de la depresión en un espacio pedregoso por donde discurre casi llano el camino. La vista con curiosas formas de los altos riscos que rodean el recorrido es impresionante y su verticalidad es extrema, por lo tanto la sensación de soledad y tranquilidad del lugar es uno de los atractivos de este paraje natural. Hay una bifurcación de barrancos en Los Dos Barrancos donde crecen Magarzas (Argyranthemum gracile), Vinagreras (Rumex lunaria) y alguna Palmera aislada (Phoenix canariensis) junto a un arroyo natural que en determinadas épocas del año lleva agua. Por la vertiente izquierda circula un canal de agua en desuso que, incrustado en la roca, llevaba agua de las galerías próximas hacia las zonas pobladas de Santiago del Teide, y también encontraremos alguna construcción antigua de cemento para el aprovechamiento del agua; cerca está la Barranquera de los Bucios, una resbaladera inmensa de material volcánico que se precipita desde lo mas alto del Risco de Guayana. 


A partir de aquí la ruta discurre por el cauce del barranco, unas veces por el fondo del mismo y otras desviándose un poco hacia las vertientes, por un sendero perfectamente definido, pasando por numerosos y variados paisajes, como por ejemplo una de las zonas mas húmedas que mantiene prácticamente un pequeño riachuelo durante todo el año entre un extenso cañaveral. Hay otra zona de paso de ganado, ya que a veces nos podemos encontrar cabras sueltas refugiándose en cuevas inaccesibles para el hombre. Las formaciones rocosas curiosas también hacen aparición en forma de grandes huecos como es el caso de un puente natural de roca característico y mil veces fotografiado, ya que este paraje es uno de los espacios naturales mas visitados de la isla. 


   
Hay un arroyo de agua casi permanente todo el año.

Encontraremos mas adelante una zona donde crecen enormes Ñameras (Colocasia esculenta), plantas introducidas y de grandes hojas cuyas raíces son comestibles y forman parte de la gastronomía de Canarias. Llega un momento en el que el cauce se abre, ofreciendo un paisaje menos vertiginoso, la vegetación de costa, como los Balos (Plocama pendula), y un clima mas árido y seco, nos hacen presagiar la cercanía del océano y de repente en una gran curva y recorriendo un auténtico laberinto de grandes rocas, aparece la primera imagen del mar en una playa de grandes rocas y callaos (cantos rodados) donde hay una edificación bajo una especie de oasis lleno de grandes árboles y palmeras.

 
Llegando a la playa

A la derecha el acantilado de Los Carneritos cae sobre el mar y forma una pequeña cala de arena negra y de aguas cristalinas entre éste y la Punta Incienso, que en plena bajamar se convierte en un auténtico paraíso para el baño y disfrute. A la derecha hay una pasarela de cemento que termina en el Roque de los Bajos donde hay un minúsculo embarcadero donde atracan barcos con turistas que vienen a pasar el día en la playa y donde podremos embarcarnos, por supuesto, previo pago y aviso con antelación.

 
Punta de Los Carneritos (i) y Playa de Masca (d).

El regreso hasta Puerto Santiago, si pagamos la travesía en barco, es altamente recomendable ya que bordea el acantilado que separa unos seis kilómetros la Playa de Masca del puerto ofreciéndonos una imagen irrepetible de los riscos de mas trescientos metros de altura y si tenemos suerte podremos ver hasta Delfines y Calderones Tropicales.

  
Punta de Incienso (i) y Playa de Barranco Seco (d).
 
 
De regreso en barco bordeando los acantilados. 
 
 
© Fotografías y texto de Francisco Fariña 
 
 

jueves, 17 de septiembre de 2009

ROQUE DEL CONDE O FORTALEZA DE AHIYO

ROQUE DEL CONDE
(FORTALEZA DE AHIYO)
 
FICHA DE LA RUTA  
 
TÉRMINO MUNICIPAL: Arona y Adeje.  
COMO LLEGAR: Por la carretera TF-511, después de pasar por el puente en la Plaza del Cristo de la Salud hay señalización que lleva directamente al punto de partida en la Calle Vento.
COMIENZO: Número 78 de la Calle Vento.  
FINAL: En el mismo lugar.  
DIFICULTAD: Media. 
DURACIÓN: 4 horas. 
LONGITUD: 5,2 Km.  
PROVISIÓN DE AGUA: No.  
LUGARES DE INTERÉS: Barranco del Rey; Casas agrícolas con las eras; Cumbre del Roque del Conde. 
VENTAJAS: Sendero circular y mínimamente señalizado.  
INCONVENIENTES: El camino de bajada desde la cima es muy expuesto en algunos tramos.
 
  
Mapa se situación y recorrido.
 
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
 
El acceso al casco urbano de Arona está en el cruce de la autopista TF-1 con la zona turística de Los Cristianos, para ello tendremos que desviarnos por la carretera TF-511 que pasa por la Urbanización Chayofa y dirigirnos al Barrio de La Camella, una vez allí y antes de entrar en el mismo hay una rotonda que indica la dirección que tenemos que seguir para dirigirnos al centro urbano. Después de pasar por debajo de un pequeño puente Y rebasar la Plaza del Cristo de la Salud, encontraremos una desviación a la izquierda con una señal indicadora donde está escrito “Roque del Conde”, solamente tendremos que seguirla y nos llevará directamente al número 78 de la Calle Vento, en el barrio del mismo nombre, desde donde parte la ruta propuesta como así lo indica una señal de comienzo del sendero.
 
Comienzo del camino en la trasera de la C/ Vento.
 
Justo enfrente de una antigua casa levantada en 1852, como así lo indica un pequeño cartel sobre su puerta de entrada, desciende una senda delimitada por un muro de piedra de reciente construcción, que pasa junto a unos terrenos de cultivo hacia el Barranco de las Casas, para luego ir ascendiendo por la vertiente contraria, donde podremos observar los restos del antiguo empedrado del camino y que discurre entre Tabaibas (Euphorbia lamarckii), Cardones (Euphorbia canariensis) y Cardoncillos (Ceropegia fusca). Seguidamente cruzando una loma traspasaremos el Barranco del Ancón y nos encontramos con el camino forestal que baja desde Ancón, el cual usaremos para la vuelta. Hay en este cruce de caminos un poste junto a una antigua atarjea con varias señales indicadoras de diversos caminos que pasan por aquí. Seguiremos de frente hasta encontrarnos con la vista impresionante del Barranco del Rey, límite natural de los municipios de Arona y Adeje, por lo tanto al cruzarlo estaremos en éste último. Por sus vertientes discurre un vertiginoso sendero que lo cruza y que mantiene en casi su totalidad el pavimento de piedra antiguo, la vegetación consta de un precioso Cardonal - Tabaibal (Euphorbia lamarckii y Euphorbia canariensis) junto a numerosos ejemplares de Vinagreras (Rumex lunaria) y Matorrisco Tinerfeño (Lavandula canariensis). Al salir del barranco el camino discurre junto a unas antiguas huertas de cultivo abandonadas y unos metros después al lado de una casa ruinosa y dos eras, testigos mudos de lo que fue una próspera zona en cultivo y producción de cereales. 
 
 
Camino Real cruzando el Barranco del rey.
 
A partir de este punto el sendero asciende en fuerte pendiente y formando grandes zigzag por un firme empedrado bordeado por un muro de piedra seca y donde crecen por los alrededores numerosos ejemplares de Matorrisco (Lavandula canariensis), Tuneras Salvajes (Opuntia dillenii) y el omnipresente Cardonal - Tabaibal (Euphorbia lamarckii y Euphorbia canariensis). El paisaje del Valle de San Lorenzo a nuestras espaldas y coronado por el Roque de Imoque es espectacular; en la costa se alza la Montaña de Guaza y mas al sur la vista impresionante del Monumento Natural de la Caldera del Rey, un enorme cráter volcánico de poca profundidad cuyo interior se ha aprovechado para cultivar plataneras y tomateros, siendo perfectamente compatible su protección con estos aprovechamientos agrícolas. Según cuenta la leyenda, este lugar fue donde el Mencey Guanche Ichasagua se quitó la vida antes de rendirse ante una asamblea entre los Guanches de paces, que eran afines a los conquistadores y los propios colonialistas.

 
Casa aislada y era antes de la gran subida. 
 
 
Sendero entre Tabaibas y vista del Roque Imoque.
 
Después de unos quinientos metros de subida llegaremos a la degollada que separa la base del Roque del Conde y el Roque de la Centinela a 775 metros de altitud y a partir de aquí el sendero se estrecha y deja de estar empedrado para dar a paso a un camino entre Bejeques (Aeonium arboreum), Tabaibas (Euphorbia lamarckii) y Taginastes (Echium virescens) junto a otras especies minoritarias y que discurre por la cabecera del Barranco de la Montañeta el cual fluye por el Valle de Jengua situados ambos en la cara sur del roque y que poco a poco va cogiendo altura para después de unos 800 metros llegar a la cumbre. 
 
 
Caldera del Rey (i) y vistas hacia Montaña de Guaza (d). 
 
Casa de campo en ruinas junto a dos eras.
 
La primera vista que tendremos de la cima es una explanada cubierta de bancales que un día fueron cultivables ya que también hay restos de lo que fue una era de trilla de cereal. Abriéndonos paso entre ellos encontraremos otra pequeña cúspide poblada de numerosos Cardones (Euphorbia canariensis) y antes de culminar el recorrido, hay un paso a la derecha que va hacia un balcón natural donde hay una inscripción homenajeando al antes citado y uno de los últimos Menceyes Guanches, Ichasagua, que nunca se rindió a la sangrienta invasión de Alonso Fernández de Lugo, el cual encontró en este lugar su morada y refugio, llamado en épocas Guanches Roque de Ahiyo o Fortaleza de Ahiyo. Seguiremos el senderillo entre Cardones que se dirige a la parte culminante del roque y allí encontraremos un poste de cemento rodeado de Tuneras Salvajes (Opuntia dillenii); desde aquí las vistas son espectaculares, al sur y en primer término la Caldera del rey resguardando la zona turística por excelencia de Tenerife que son Las Américas y Los Cristianos; mas al suroeste la Montaña de Guaza y la zona agrícola de Las Galletas cubierta de invernaderos; y al noreste el Roque Imoque (1107 m.) con el paisaje de fondo de la cordillera dorsal de Las Cañadas del Teide con los Roques de Ucanca (2107 m.) y el inconfundible Sombrero de Chasna (2405 m.). 
 
 
En la cima del Roque del Conde.
 
 
El camino de descenso mas sencillo es desandar lo recorrido, pero existe un mal sendero sin señalizar el cual conlleva cierto peligro ya que carece de señalización y en algunos tramos es bastante expuesto, pero con un mínimo de precaución puede realizarse sin consecuencias. Parte justo donde está la era, y suele tener un mojón de piedras que indica el paso; discurre primero por superficie terrosa entre algunos Cardones (Euphorbia canariensis) y Tuneras Salvajes (Opuntia dillenii) las cuales suelen invadir el propio espacio de las Tabaibas (Euphorbia lamarckii) entremezclándose con ellas, luego pasa por terreno rocoso y aunque el firme sea mas compacto hay que tomar las precauciones necesarias porque es bastante expuesto.
 
 
Camino a su paso por la Degollada de los Frailitos. 
 
Superado este tramo se suaviza el desnivel y el sendero pasa a ser menos arriesgado, incluso nos podemos guiar por algunas marcas de color verde pintadas en algunas rocas hasta llegar a la Degollada de los Frailitos, que separa el Barranco de Fañabé con el Barranco del Rey. En el paso del camino hay una era que en tiempos pasados fue utilizada para la trilla del cereal cultivado en los bancales que se ven abandonados por los alrededores. El sendero sigue su curso hacia la Montaña de Suárez (834 m.) y antes de llegar a su base hay una bifurcación hacia la derecha que debemos tomar y que fluye por una superficie de tosca entre Jaras (Cistus monspeliensis), Matorrisco (Lavandula canariensis) y Tabaibas (Euphorbia lamarckii). 
 
 
Era y antiguos cultivos en la cara norte del roque.
 
 
Ya en el borde del Barranco del Rey desciende suavemente la senda paralela a éste pasando por una casa ruinosa donde hay otra era y justo por debajo de la casa se desvía el camino hacia el barranco cruzándolo por un sendero casi oculto por la numerosa vegetación compuesta de Vinagreras (Rumex lunaria), Pencones (Opuntia maxima) y un característico Cardonal – Tabaibal (Euphorbia lamarckii y Euphorbia canariensis). Al salir del barranco por la vertiente contraria, nos encontraremos un ancho camino bien marcado que viene desde otra casa de campo ruinosa y va descendiendo poco a poco entre mas Pencones (Opuntia maxima), Jaras (Cistus monspeliensis) y Tabaibas (Euphorbia lamarckii) y llega después de unos minutos al cruce de caminos del inicio donde está el poste con la señalización de senderos junto a una antigua atarjea de agua; solo nos queda seguir a la izquierda por el marcado sendero cruzando los dos barrancos del principio y hemos llegado al punto de partida.
 
 
Tramo final de la ruta.
 
 
© Texto y fotografías de Francisco Fariña
francisco_farina@yahoo.es